JESÚS

 

¿QUIÉN DICES QUE EL ES?

Hace casi 2000 años, Jesús hizo la pregunta: “¿Qué piensas de Cristo? ¿De quién es hijo? (Mateo 22:42). La respuesta de una persona a esa pregunta puede determinar su destino eterno.

 

LA PREEXISTENCIA DE JESÚS
El apóstol Juan declara la preexistencia de Jesús en Juan 1: 1: “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”. Jesús dice que Él es “el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin” (Apocalipsis 1: 8). Jesús reina eternamente (Hebreos 1: 8) y existe antes de todas las cosas (Colosenses 1:17).

 

LA DEIDAD DE JESÚS
Jesús no se convirtió en Dios; siempre ha sido Dios (Juan 5:18) y es la segunda Persona de la Trinidad. (Ver también: “Lo que creemos: la Trinidad”). Refiriéndose a Su deidad, Jesús dijo: “Antes que Abraham fuera, yo soy” (Juan 8:58). La preexistencia de Jesucristo y la deidad de Jesucristo son inseparables. Es imposible aceptar uno y negar el otro.

 

ENCARNACIÓN DE JESÚS
La palabra encarnación significa “en carne”. Denota el acto en el que el Hijo de Dios tomó para sí la naturaleza de la humanidad a través del nacimiento virginal (Mateo 1:23). Juan escribe: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1:14).

 

LA HUMANIDAD DE JESÚS
Para que Jesús representara a la humanidad pecadora, tenía que convertirse en hombre. Su nacimiento virginal, que fue esencial para que Él no tuviera pecado, fue profetizado mucho antes de que ocurriera (Génesis 3:15; Isaías 9: 6; Mateo 1:18, 23; Lucas 1: 34-35; y Gálatas 4: 4). . Jesús experimentó todo lo que hacemos en la vida: dolor, sufrimiento, sed, hambre, tristeza, ira, etc. Sin embargo, Jesús no tenía pecado (Hebreos 4:15).

 

MUERTE DE JESÚS
El castigo por nuestros pecados es la muerte (Romanos 6:23). Jesús murió en nuestro lugar y pagó nuestra pena (Mateo 20:28; Juan 10: 17-18; 2 Corintios 5:21; 1 Pedro 3:18). La muerte de Jesús en la cruz sentó las bases para que un Dios justo perdonara a los culpables y pecadores sin comprometer su justicia de ninguna manera.

 

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS
La resurrección de Jesús nos asegura nuestra futura resurrección. Debido a Su victoria sobre la muerte, nosotros también tenemos la victoria. Sin la resurrección, no habría mensaje del evangelio. Su resurrección ha sido probada más allá de toda duda (Mateo 28: 5-8; Lucas 24:39; Juan 20: 27-28). La tumba vacía, la forma de Sus envolturas de lino y Sus apariciones a muchos después de Su crucifixión fueron solo algunas de las evidencias creíbles de Su resurrección.

 

ASCENSIÓN Y EXALTACIÓN DE JESÚS
Después de Su resurrección, Jesús se apartó visiblemente de Sus discípulos al cielo (Lucas 24:51; Hechos 1: 9). Su ascensión y exaltación fueron necesarias para completar la obra redentora de Dios. Su obra no estaba completa cuando resucitó de entre los muertos (Marcos 16:19; Filipenses 2: 9; Efesios 1: 20-21; Hebreos 1: 3).

 

ORACIÓN PERSONAL DE JESÚS
Jesucristo regresará a esta tierra y recibirá Su iglesia, el cuerpo de Cristo, para Él mismo (Juan 14: 1–4; Hechos 1:11; Apocalipsis 1: 7).